Cuando hablamos de validar un producto agrícola, ya sea un bioestimulante, fertilizante o un insumo con microorganismos, muchas veces se piensa directamente en probarlo en campo. Sin embargo, cada fase del desarrollo de un preformulado tiene necesidades y objetivos distintos, y por eso es esencial diseñar una estrategia de ensayo escalonada que acompañe al producto desde su concepción hasta su puesta en el mercado.
En AGROOT, creemos que el éxito de un producto no se improvisa: se valida paso a paso, desde la placa Petri hasta el cultivo real.
¿Dónde estás y hacia dónde vas con tu producto?
Antes de definir el tipo de ensayo, es clave hacerse esta pregunta:
¿En qué punto del desarrollo se encuentra mi preformulado?
Este diagnóstico es el que determinará si conviene comenzar con una prueba in vitro, pasar a una cámara de cultivo controlada o dar el salto a un ensayo a campo. Cada una de estas fases cumple una función única y complementaria:
1. Ensayos in vitro: el primer filtro
En esta etapa temprana se trabaja con condiciones controladas para detectar actividad biológica inicial, compatibilidad entre componentes y efectos directos del producto. Es ideal para evaluar formulaciones nuevas, seleccionar cepas microbianas o estudiar reacciones enzimáticas y fisiológicas básicas.
Aquí buscamos respuestas rápidas, reproducibles y científicas:
- ¿Hay efecto o no lo hay?
- ¿La cepa o el extracto tiene potencial?
- ¿Cómo interactúan los componentes?
Es un paso fundamental para optimizar recursos y descartar formulaciones poco prometedoras antes de avanzar.
2. Cámara de cultivo: control con complejidad
Cuando el producto muestra resultados positivos in vitro, pasamos al siguiente nivel. En cámaras de crecimiento se simulan condiciones ambientales de forma controlada, pero ya con plantas completas en sistemas más complejos.
Esto permite estudiar:
- Dosis-respuesta
- Interacción con el sustrato
- Modificaciones fisiológicas visibles
- Primeros efectos en parámetros agronómicos como longitud de raíz, biomasa o contenido de clorofila
Esta etapa es clave para ajustar protocolos y formular hipótesis claras antes del salto al campo.
3. Ensayos a campo: la realidad agrícola
Aquí es donde todo se pone a prueba. Las condiciones no se controlan, se gestionan. Y ahí es donde la verdadera eficiencia y consistencia del producto se validan. El campo nos permite medir:
- Impacto sobre rendimiento y calidad
- Interacciones con el suelo, microbiota y clima
- Repetibilidad bajo variabilidad real
Pero el éxito en campo depende de haber construido un buen camino de validación previa. Saltarse las fases anteriores puede significar perder tiempo, recursos y oportunidades de mejora.
El escalado no es una opción: es parte del éxito
Cada etapa aporta información valiosa y complementaria. En AGROOT, creemos en una visión integral del desarrollo agronómico. No se trata de hacer “el ensayo que toca”, sino el ensayo que responde a los objetivos del momento.
Escalar bien significa entender el producto, sus necesidades y su potencial. Solo así se construye confianza, evidencia científica y valor comercial real.
¿Estás pensando en validar tu producto? Hablemos de dónde estás y te ayudamos a trazar el camino más sólido hacia su éxito agronómico.